De un proyecto integral con una inversión de 900.000 euros, en 2007, se pasó a una conservación por 225.000, en 2009.

La crisis económica truncó el último intento de rehabilitar la Casa de Murillo para convertirla en un museo en memoria del excepcional y universal pintor sevillano. En el año 2010, la Junta de Andalucía dio carpetazo al proyecto firmado por el arquitecto José Luis Daroca que, entre otras actuaciones, contemplaba la recuperación de la fachada original del inmueble, alterada en 1928, y su entreplanta. Como publicó este periódico el pasado domingo, la Asociación para la Defensa del Patrimonio Adepa va a solicitar a la administración autonómica que retome la creación de este museo, una idea que se inició en los años 70 mediante dos decretos firmados por el entonces jefe del Estado, Francisco Franco.

El Museo Casa de Murillo estuvo funcionando hasta el año 1988, cuando la Junta de Andalucía decidió cerrarlo. Rafael Manzano había realizado una primera rehabilitaciónque culminó Fernando Mendoza, responsable de la musealización de la casa, que también quedó a medias. El museo fue inaugurado en 1982 y sólo un año después fue desmontado en parte para albergar los primeros cursos de otoño y las oficinas de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

En el año 2006, la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía retoma la idea de crear un museo en la casa donde Murillo vivió sus últimos años y falleció tras sufrir un accidente. El proyecto de rehabilitación integral de la Casa de Murillo lo firmó el arquitecto José Luis Daroca. “Entre otras cosas, se pretendía recuperar la fachada original, junto a la entreplanta, y la configuración de la casa antes de 1928, cuando Antonio Gómez Millán la divide en dos partes”. Entre otras afecciones, el inmueble presentaba problemas de humedades, solerías rotas, grietas y fisuras en algunas zonas, forjados de madera en mal estado o carpinterías carcomidas por termitas.

El proyecto se entrega en 2007 y se contrata la obra a Construcciones Manzano. El presupuesto total ascendía a 895.000 euros, sin contemplar la posterior musealización. “Antes de comenzar la obra la Junta dio marcha atrás. Tras una serie de conversaciones se llega a un acuerdo para hacer una obra pequeña de conservación muy alejada del proyecto original, aunque la idea del museo continuaba”. La inversión se reducía a 225.000 euros y la actuación va encaminada aeliminar las humedades, solucionar las fisuras y grietas, eliminar elementos que alteraban el patio, arreglar la fachada dándole ese color almagra que ahora tiene, cambiar forjados de madera, restaurar la azulejería o sustituir la carpinterías en mal estado. Los trabajos se ejecutan en 2009 y, en 2010, la Junta informa al arquitecto de que la casa se destinaría finalmente a acoger oficinas: “Me dicen que se va a instalar la Fundación Andaluza de Flamenco, cuando se había hecho una intervención expositiva en la planta baja, ya que lo demás no se tocó”.

El arquitecto también lamenta que la Casa de Murillo no acogiera finalmente el museo sobre el pintor, que ahora se vuelve a reclamar: “El uso actual no es el adecuado. Fue una pena que no se hiciera la rehabilitación integral. Esta obra de conservación, como se denominó, se hizo pensando en la siguiente fase que debería desarrollar el proyecto completo”.

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